Internet ha cambiado las campañas políticas de muchos países. Para los candidatos y precandidatos en EEUU, la web ha sido un factor determinante, especialmente para Obama, quien ha roto todos los paradigmas al reunir una cantidad de dinero nunca imaginada a través de su página web, haciendo realidad la teoría de Chris Anderson y su Long Tail. A través de pequeñas donaciones logró reunir una gran suma de dólares. Su web y sus foros de discusión han cambiado la forma de hacer campaña. Si bien es cierto que en las pasadas elecciones ya había bastantes blogs influyentes en la política, la diferencia de ahora es que los internautas no solo opinan, sino que tienen la posibilidad de organizarse, incluso dentro de las mismas páginas oficiales. ¿Los beneficios? Muchos aparentemente. De eso se ha encargado Chris Hughes, el autor y diseñador de my.barackobama.com quien se ha convertido en su mano derecha de las decisiones que tienen que ver con la red. El fichaje no fue poca cosa. Si de entrada el nombre no te dice nada, basta comentarte que Hughes es el creador de Facebook. De hecho la web del Senador es muy parecida a su primer lanzamiento. Ahí, la gente opina, invita amigos, apoyan, pero también critican.
Como ejemplo: hace unos días uno de los escritores del famoso blog liberal Daily Koss no se quedó en silencio al enterarse que el Senador votaría a favor de la ley que permitirá al gobierno prolongar su programa de espionaje sobre los ciudadanos. Dentro de la web del candidato creó un foro de discusión sobre este tema pidiendo que el candidato votara en contra de la ley. En una semana ya eran más de 15,000 personas las que se unieron a su petición dentro de la misma página oficial.
Como conclusión podemos decir que el internet es un arma de doble filo. En un principio, por su funcionalidad fue una excelente herramienta de campaña, ahora, con sus capacidades de organización se puede convertir en un arma en contra. O de plano, se convierte en una herramienta sin función.
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